Por qué dejé de trabajar como intérprete de LSE

En alguna ocasión ya he hablando de lo mucho que me gusta mi trabajo como maestra. Especialmente en el colegio en que trabajo y de la manera en que lo hacemos: en equipo. Aquí siento que todo encaja: mi formación y mi experiencia previa.

Pero antes de llegar hasta aquí desempeñé otra profesión que está muy relacionada, la de intérprete de Lengua de Signos (LSE). Durante cuatro años trabajé exclusivamente como intérprete, mientras estudiaba la carrera de maestra especialista en Audición y Lenguaje. Fueron unos años muy intensos, intelectualmente hablando. Trabajando como intérprete de LSE cada día aprendes algo nuevo. Y es un trabajo en el que no puedes trabajar en "automático" sino que tienes procesar conscientemente toda la información. Requiere mucha concentración y una capacidad de análisis y comprensión de la información. Para poder interpretar de una lengua a otra necesitas visualizar y comprender plenamente la información.

Tuve la suerte de que durante ese tiempo realicé servicios de todo tipo: médicos, jurídicos, reuniones, conferencias, notarios, cursos, urgencias... con usuarios de LSE de distintas edades y procedencias. Y en un servicio sé lo gratificante que es que dos personas puedan llegar a entenderse gracias a la interpretación, y también lo gratificante que es interpretar una charla, conferencia o curso, y ver que los asistentes disfrutan de ello gracias al trabajo de la intérprete.

También sé lo agotador que son algunos servicios, bien por la carga emocional, o bien porque se alargan más de lo esperado (o que no eran lo que parecía) y en conciencia sabes que no puedes cortar el servicio e irte. Así que continuas, y cuando al fin acaba te vas con una sensación de agotamiento físico y mental que tarda en desaparecer.

Desgraciadamente también sé lo que es llegar a fin de mes y no cobrar porque no ha llegado la subvención. Y saber que es un trabajo cualificado, pero con un salario de profesional no cualificado. Sé lo que es tener que compatibilizar ese trabajo con otro que no te gusta tanto (pero que sí cobras a fin de mes), y finalmente plantearte dejar el trabajo por otro que sí te permita pagar la hipoteca.


(Interpretando nuestra jornada divulgativa del aniversario del Colegio El Sol)

Yo tengo la inmensa suerte de trabajar actualmente en otra profesión que también me gusta, y que de vez en cuando pueda hacer labores de intérprete (dentro o fuera de mi trabajo) y "reencontrarme" con esa otra profesión que tanto me gusta. Yo he consegido encontrar el lugar en el que todo encaja.

¿Y por qué me decido a contar esto justo ahora? Los días 17 y 18 de noviembre de 2022 asistí al Congreso CNLSE de la Lengua de Signos Española y una de las ponencias hablaba sobre esto. La comunicación se llama Calidad no rima con precariedad, el día a día de las intérpretes de lengua de signos de Nuria Asperilla y Leyre Subijana (Federación española de intérpretes de lengua de signos y guías-intérpretes FILSE). Esta es la comunicación:

Me sentí muy identificada y, como yo, seguro que muchas otras intérpretes de LSE (hablo en femenino porque somos mayoría). Es una lástima que muchos profesionales, formados y con experiencia acaben dejando la profesión por las condiciones. Imaginad que esto sucediera en otras profesiones cualificadas: por ejemplo arquitectos, médicos o profesores, que una vez han terminado la formación académica y han trabajado en ella 5 o 10 años decidan dejar el trabajo (o marcharse a otros países) por las malas condiciones laborales... a esto se le llama fuga de talentos o migración altamente cualificada, y esto supone una pérdida de capital.

Es importante que esto se conozca, y cuando ví la comunicación, me tocó porque me sentí muy identificada y vi cómo muchas personas sordas, usuarios del servicio, se sorprendían. Me dí cuenta de que muchas personas no conocen la situación y es necesario ayudar a que se difunda, aportando nuestro granito para que esto cambie y sea reconocida esta profesión, no sólo con palabras, sino que también se traduzca en mejoras laborales.

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