Sordos y oyentes: juntos llegamos más lejos
¡Qué importante es encontrar un equipo de trabajo o compañeros con los que trabajar a gusto!
Primero porque trabajar con un buen ambiente es bueno para nuestra salud mental, pero sobretodo porque cuando trabajamos juntos, mano a mano, construyendo juntos, llegamos más lejos.
Trabajar mano a mano compañeros y compañeras sordos y oyentes hace que el producto final, es decir, aquello que construimos, ya sea formativo, educativo, social o cultural tenga un plus.
Pero para llegar a este plus, es fundamental compartir un código de comunicación efectivo (en este caso la LSE). También es vital compartir un mismo estatus, no sordo-oyente, sino más bien un reconocimiento del otro. Esto merece una explicación, ya que al haber una discapacidad, puede haber unos prejuicios dentro y/o fuera del equipo que necesitamos detectar y desterrar. Por otro lado, es necesario que los compañeros sordos confíen en la valía y aportaciones que podemos hacer los oyentes. En definitiva, reconocer al otro, valorando sus capacidades y aportaciones, sobre una base de confianza y empatía.
Comencé a aprender la LSE hace más de 20 años. Desde entonces he conocido a muchas personas sordas muy valiosas, así como a muchas personas oyentes que trabajan y participan con personas sordas, y consiguen hacer un tándem, o equipos de trabajo fantásticos.
Cuando hay un equipo de profesionales sordos y oyentes que funciona, implicados, trabajando mano a mano, ofrecemos un servicio a sordos y oyentes mucho más rico, con ese plus, que solos nunca lograríamos.
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