Lengua de signos para una vida plena

Cada 14 de junio celebramos el Día Nacional de las Lenguas de Signos Españolas. Se trata de un día para celebrar y reivindicar el derecho a utilizar esta lengua y la pertenencia a una comunidad lingüística. Este año la CNSE ha elegido el lema “Lengua de signos para una vida plena”. El año pasado fue Libres para elegir, libres para signar, y en 2021¿Y tú por qué signas?

Comencé el viaje que supone aprender LSE hace más de 20 años, con mucha ilusión, pero sin saber todo lo que esta lengua me llegaría a ofrecer, ni si mi carrera laboral se desarrollaría en la comunidad sorda. Tuve la suerte de contar con unos profesores con los que aprendí muchísimo, y unas compañeras con las que llegué a tejer unas redes de amistad y compañerismo algunas de las cuales aún perduran hoy en día.

La lengua de signos me abrió las puertas a un mundo nuevo, desconocido para mí. Me ayudó a buscar nuevas formas de expresar con mi cara, mis manos y en ocasiones con mi cuerpo en general. Comencé a percibir el mundo de una forma mucho más visual, o haciéndolo de forma más consciente. Me suscitó tanto interés y entusiasmo que a día de hoy sigo aprendiendo, leyendo e investigando sobre esta lengua. 

Utilizo la LSE a diario para comunicarme con alumnos, compañeros, amigos y familiares. Es una lengua que me permite enseñar, aprender, interpretar, compartir y disfrutar.

Yo soy oyente, aprendí LSE porque me llamaba la atención, me encantó y siento que mi vida es más plena, más completa. Tanto más para personas sordas, que no pueden acceder (o con dificultad o de forma incompleta) a las lenguas orales, o para niños que nacen en una familia en la que la primera lengua es la lengua de signos, como es el caso de los CODA. 

Para las personas sordas la lengua de signos es fundamental para su comunicación, desarrollo lingüístico y desarrollo socio-emocional. Evidentemente esto no significa que no se aproveche el uso de las ayudas técnicas que compensan el déficit auditivo, y no se fomente el desarrollo de la lengua oral y posteriormente la lengua escrita, pero siempre con una perspectiva de que todo suma y ayuda.

Somos muchas las personas que formamos parte de esta comunidad lingüística: las personas sordas, por supuesto, pero también oyentes signantes. Y para nosotros la lengua de signos también hace nuestra vida plena.

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